¿Ansiedad? ¿Qué es? y ¿Cómo controlar?
La ansiedad significa “estado emocional desencadenado por la anticipación de peligros o amenazas”. Es una emoción básica y no primaria (como la alegría, la ira o la tristeza) porque carece de unas características propias. A continuación veremos algunas formas para controlar la ansiedad
1. Aprende a ser tu propio jefe o jefa
La ansiedad es una sensación desagradable que la mayoría de nosotros queremos evitar. El problema se agrava cuando decidimos compensar el estado de ansiedad recurriendo a formas de comportamiento estereotipadas y repetitivas. Estas son conductas que suelen empezar de manera inconsciente, son en parte automáticas y pueden ser más o menos simples (estirarse o arrancarse el cabello, darse golpecitos en una pierna, etc.) o algo más complejas (hacer viajes hasta la nevera y comer algo).
2. Combatir la ansiedad es combatir el "ya lo haré mañana"
Los periodos de ansiedad pueden haber sido desencadenados por elementos del día a día que están relacionados con el trabajo, las obligaciones y la toma de decisiones. Por eso, combatir la ansiedad supone también reconocer las situaciones en las que esta sensación puede dar pie a una profecía autocumplida en la que el propio estado anímico negativo invite tirar la toalla antes de tiempo.
3. Divide tu día a día en trozos pequeños
Seguro que te has dado cuenta de que, a partir del momento en el que inicias una tarea que te da pereza hacer, esta se va volviendo cada vez más amena y asumible. Con la ansiedad pasa algo parecido: para mantener la atención lejos de aquello que produce tensión, empezar una actividad es mucho más eficaz que pensar en iniciar esa misma actividad.
4. Tómate tu tiempo
La otra cara de combatir la procrastina
ción es asegurarnos que aprovechamos bien el tiempo que le dedicamos al descanso, ya que estar todo el día haciendo cosas para intentar distraer nuestra atención puede ser agotador. Si no conocemos la fuente de la ansiedad, este ir y venir de actividades distractoras puede actuar como recordatorio de que estamos ansiosos, y si el origen de la ansiedad está en las obligaciones pendientes, se puede generar un sentimiento de culpa. Por eso merece la pena ser metódicos con los ratos de descanso y hacer que estos permitan una mejor orientación hacia los objetivos.
5. No te empeñes en hacer que la ansiedad se vaya
Desde un punto de vista biológico, la ansiedad es el fruto de dinámicas neuroendocrinas complejas con las que nadie querría tener que lidiar sin la ayuda de los procesos subconscientes que las regulan. Por eso, conviene tener claro de que sólo se puede combatir la ansiedad de manera indirecta. Por mucho que se pretenda ignorar las sensaciones de tensión y miedo, estas no se van a ir sólo porque nuestra mente consciente se lo pida con amabilidad.
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